El domingo pasado andaba un
poco perdido por la Capital de España, cuando se me acercó una chica para darme información sobre un mercado de
productos de alimentación ecológicos y
artesanales que estaba teniendo lugar cerca de donde me encontraba. Y la verdad
es que me acerqué sin muchas expectativas.
Cuando uno ha visitado un sinfín de ferias de alimentación, no espera que nada
le sorprenda.
Cuando me dirigía hacia el
lugar pensaba que me encontraría con los típicos productores que van de un
mercado artesanal a otro. Un quesero, un
panadero…
Pero aquel mercado me
sorprendió muy gratamente. Estaba ubicado en un amplio local que bien podría
ser un aparcamiento, en la calle Gobernador de Madrid. Aquel espacio estaba muy
bien adecentado, con un aspecto realmente artesanal.
Y más allá de encontrarme con
un quesero y con un panadero, me encontré con un grupo de gente joven que
estaban exponiendo y vendiendo el producto de su esfuerzo y de su trabajo.
Entre todos ellos encontré algunas cosas realmente novedosas como los “germinadosLilliput” o una estupenda y riquísima mermelada de cerveza, hecha bajo la marca
Domus de Toledo. También había un estupendo aceite de Toledo llamado "oleoyevel"
que podía olerse desde cualquier punto.
Pero si algo me llamó la
atención fue encontrarme con un paisano de La Pedraja de Portillo en Valladolid
que tenía unos embutidos realmente exquisitos, embutidos Valdezate. Mi sorpresa fue mayúscula, cuando
le pregunté en qué lugares de Valladolid
podía comprar sus productos y él respondió que en ningún sitio salvo que me
acercase a la fábrica. Me contó que todo lo que hacía lo vendía en Madrid y Galicia, que había intentado vender
en Valladolid pero que nadie es profeta en su tierra.
Gonzalo Hernández Santamaría
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