Deporte y educación
Hace años mantuve un interesante debate en un pleno del
Ayuntamiento con mi buen amigo Álvaro
Abril. Tratábamos de enfocar la importancia del deporte en edad escolar y quien
debería hacerse cargo de los costes que ello tenía. La verdad es que con Álvaro
daba gusto poder tratar, es un tipo de lo más normal y siempre nos terminábamos
entendiendo. Pero aquel día Álvaro cerró su intervención diciendo que deporte y
educación son la misma cosa. Yo no podía aceptar eso y traté de hacerle ver que
no era así.
Quienes creemos en el deporte, siempre hemos considerado
que a través de él, los jóvenes alcanzan una serie de valores de desarrollo
personal que no se adquieren en la escuela.
El afán de superación, la integración,
el respeto a la personas y a las reglas, la constancia , el trabajo en equipo, la autodisciplina, la responsabilidad, la honestidad, la lealtad, etc… son algunos ejemplos de los que un joven o un niño
adquiere con la práctica deportiva. Por eso, siempre he sostenido, y así lo
seguiré haciendo, que deporte y educación son cosas distintas, pero a la vez
complementarias. El deporte es el mejor de los complementos que un joven puede
tener en su etapa escolar, pero el deporte no es educación. El deporte no es
educación porque hay algo que lo hace
diferente. Y eso que los diferencia es la VOLUNTARIEDAD.
Conozco pocas personas
que se dediquen a la educación de forma voluntaria y altruista, pero no residen
aquí, tampoco conozco muchos niños que estudian de forma voluntaria. Sin
embargo todo aquel que practica deporte, lo hace de voluntariamente. Los
monitores que se responsabilizan de los equipos, lo hacen de forma voluntaria.
De modo que debemos
diferenciar entre educación y deporte, pero no debemos desvincularlas.
Gonzalo Hernández Santamaría
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